Setiembre inició con un espacio de encuentro, reflexión y participación organizado por Sistema B Uruguay en el que abordamos la pregunta: ¿Cómo ser una empresa más inclusiva? El espacio fue co facilitado por Mercedes Viola de 4D Lab y María Mónica del Campo Vega de Umuntu. Compartimos algunas reflexiones desde la gratitud de poder contar con estos espacios de aprendizaje para trabajar en ser una empresa cada vez más inclusiva. En nuestro país 1 de cada siete personas tiene una discapacidad. ¿Por qué decimos personas con discapacidad? Porque la discapacidad es “un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con alguna condición y las barreras debidas al entorno que evitan su participación plena y efectiva en igualdad de condiciones con los demás (definición de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.) Cuando hablamos de barreras hablamos de 4 tipos:
Si hablamos de las barreras actitudinales, identificamos la necesidad de cambios culturales y generar ambientes de confianza para reducir la brecha del miedo a lo desconocido. Esto es producto de que venimos de modelos históricos: Un primer modelo, denominado modelo de prescindencia en el cual se prescindía de una persona con discapacidad, se la ocultaba y no se hablaba de ella. El modelo médico, en el cual se intentaba rehabilitar a esa persona para que pertenezca a la sociedad establecida, anulando su singularidad. El modelo asistencial en el cual se entiende que la persona necesita ayuda y es incapaz de valerse por sí misma. Y el modelo social que se basa en la dignidad humana y en la certeza de que cualquier persona es valiosa por el sólo hecho de existir. Desde el modelo social, cuando no sabemos cómo conectar o comunicarnos lo recomendable e s preguntar. Preguntarle a la persona qué necesita. Los anteriores modelos habitan dentro de la cultura aún hoy. Por eso es importante hablar de estas temáticas, intercambiar y reconocernos en aprendizaje y transformación. A la hora de generar cambios, la invitación es a no suponer o hacernos una idea de lo que puede llegar a necesitar, tampoco invisibilizar o negar la situación. La pregunta es una llave que contribuye a esa convivencia. Hablamos de 3 aristas: La accesibilidad, la inclusión y la gestión. El encuentro contó con un ejercicio en grupo en el que reflexionamos sobre las barreras y posibles soluciones. A la hora de cosechar reflexionamos sobre cómo cuando compartimos la educación o el trabajo con personas con discapacidad compartimos el cotidiano vivir. Las transformaciones se generan desde la contundencia del día a día. Si queremos innovar necesitamos incorporar nuevas miradas. Nos tenemos que volver a hacer varias preguntas Muchos de los supuestos sobre los cuales fundamentamos nuestras decisiones ya no son válidos. Cambiaron. ¿Cómo vamos a buscar nuevas maneras de hacer? Tenemos una sociedad diseñada para un promedio de personas que no representa a nadie. Cuando transformamos para incluir se beneficia al mundo. Y como dice Mercedes Viola; "por comunidades organizadas interconectadas para escalar el impacto". Durante la mañana disfrutamos de un desayuno elaborado por Agustina Quaglioti, emprendedora de Dulces Melodías. Recomendamos mucho sus productos y te invitamos a hacer tu pedido AQUÍ
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